Vistas de página en total

sábado, 1 de junio de 2013

Mi virtud menos querida.

Empezar a escribir sin saber como vas a terminar, pero eso ahora no importa pues estoy improvisando.

Recurro a la escritura cuando mis pensamientos se aferran y mi tranquilidad habitual se convierte en un nerviosismo que ni yo mismo sabía de el. 
Ese pensamiento se debe a la poca confianza que se muestra, al miedo que puedas tener al no querer que sepan como eres y guardártelo para ti mismo pues a veces pienso que ni yo mismo me conozco y todo eso conlleva mentiras en pequeña medida, pero como todo, se hace mas fuerte, y cuando esa mentira te resultaba insignificante, ahora tienes todas esas mas otras que pueden con tu propio ser, y cuando las noches te parecían segundos ahora te parecen años. 
Después te toca decir todo lo que antes no te atrevías ni a mencionar, aún que tu orgullo pueda contigo mismo pues ya no hay vuelta atrás y ya han desvelado esa máscara que había bajo tu cara.
Las preguntas que te haces al saber que te han desvelado son tan pesimistas que te asusta lo que pueda venir después pues ¿Cómo pueden confiar en ti si tu no haces nada para que lo hagan?

Mi gran problema es que no soy consciente de mis actos hasta que ya es demasiado tarde para reaccionar y todo lo que haga despues no sirve de nada pues un perdón ya no vale.
El único remedio que te queda es el tiempo y la rectificación de una de tus peores virtudes, la mentira.
Hidra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario